Cuando el objetivo profesional es conocer la dosis de ruido diario que recibe un trabajador, o el nivel de ruido al que estuvo expuesto durante la jornada laboral, aparte de tener claro lo que se quiere medir, lo primero que debemos conocer e interpretar es lo que miden los instrumentos, ya que el número que aparece en la pantalla digital no tiene significado a menos que se entienda profesionalmente lo que representa.
En una jornada de trabajo pueden sucederse distintos tipos de ruido: continuo estable, fluctuante periódico, fluctuante aleatorio o pico (según lo visto en [V403]). En el análisis de tareas previo debemos tener claridad respecto del:
- Tipo de ruido que vamos a medir, ya que de esto dependerán los tipos de ponderación del ins-trumento que se deberán utilizar (ponderación de frecuencia A o C, y ponderación de tiempo S o F).
- Duración del ruido, o tiempo durante el cual se mantiene (analizando además las variaciones que puedan surgir entre una jornada y otra), y el tiempo de medición del muestro (menor o igual al período analizado, dependiendo del tipo de ruido).
- Nivel de ruido equivalente y ponderado para el tiempo de medición, para todo el ciclo, y para la jornada completa.
Pensemos en un nivel de ruido catalogado como continuo estable (aunque en realidad tenga fluctuaciones menores a 5 dB). El sonómetro Clase 2 transduce la onda sonora (función lineal variable) con un micrófono que mide en Pascales , luego rectifica (suma las energías de los diferentes componentes de la onda sonora) e integra la señal, produce una conversión logarítmica, y muestra en pantalla los valores en dB. O sea que los sonómetros integradores miden la energía sonora, expresada en niveles, durante un periodo de tiempo.
A estos sonómetros se les conoce como sonómetros integradores, pero también como sonómetros integradores-promediadores, ya que pueden calcular el promedio de la energía sonora medida. Para medir el ruido ocupacional el instrumento debe detectar una pulsación de 100 microsegundos (un décimo de milésima de segundo).
A la derecha se puede observar lo dicho en una gráfica
En el tema ruido el área debajo de la función representa la energía sonora acumulada durante el periodo de medición. Mediante la operación matemática de integración se puede calcular el área y con ello la energía sonora. En estos casos la integración se puede interpretar como la sumatoria de infinitos sumandos limitados por la función y en un sistema de coordenadas cartesianas, cuya fórmula es:
Y si no se puede recurrir a la integración se puede utilizar la sumatoria de un número finito de rectángulos o trapecios (según el método utilizado), como puede verse en las figuras siguientes:
¿Qué hay que integrar en una medición de ruido?
Si en una jornada de trabajo de 8 horas diarias tenemos uno o más ruidos que pueden identificarse con claridad, y además se puede determinar el tiempo de cada uno con suficiente aproximación, entonces se pueden realizar mediciones por separado de los niveles de presión sonora y luego estimar la exposición del trabajador al ruido. En la normativa internacional es lo que se conoce como estrategia de medición en función de la tarea.
Al tener identificado el tipo de ruido podemos decidir el “seteo” del instrumento y el tiempo de medición. Siguiendo con el ejemplo del ruido continuo estable, y suponiendo que se mantiene durante 2 ½ horas, mientras que en el resto de la jornada laboral prácticamente no hay exposición significativa, la representación gráfica sería la siguiente.
Para determinar el tiempo de muestreo o medición debemos basarnos en la normativa de la región o país donde se esté trabajando. Para la norma internacional ISO 9612 (2009) con este tipo de ruido se deben realizar 3 mediciones y luego promediar los decibeles. La legislación argentina no indica cantidad de mediciones ni duración de la medición, por lo que en este caso adoptamos ½ hora (también podrían ser 5 o 15 minutos si hay cierta homogeneidad). A continuación se puede observar el período de medición superpuesto en el gráfico anterior.
El instrumento Clase 2 o superior integrará los valores medidos para el período de la muestra (30 minu-tos), estimará el área encerrada bajo la curva y devolverá el valor energético medio de la medición (90 dB), llamado nivel equivalente (LAeq,T) o nivel sonoro medio. Ese valor se hace extensivo a todo el ciclo donde está presente el ruido estable (2 ½ horas), tal como se puede ver en el gráfico (rectángulo celeste).
Equivalencia energética
Para poder cuantificar el riesgo para los trabajadores, es necesario determinar su exposición al ruido me-dio, ponderado en el tiempo. Hasta ahora tenemos el LAeq,T para un ciclo de ruido estable de 2,5 horas, y como en las 5,5 horas restantes no hay ruido (caso hipotético), debemos calcular la dosis que recibe el trabajador en la jornada completa. O sea que al nivel de ruido LAeq,T debemos llevarlo a otro valor equiva-lente llamado Nivel de ruido diario (LAeq,d) que no es ni más ni menos que una equivalencia energética del ruido que recibe durante toda la jornada laboral, y que finalmente es el valor que se debe comparar con los límites legales.
Este cálculo generalmente es manual, aunque puede tenerse programado en una simple hoja de cálculo a través de la ecuación:
Donde Ti es el tiempo o duración de cada ciclo o período.
En nuestro caso solo tenemos un ciclo, por lo que la expresión queda:
LAeq,d = 90 dBA - 10.log.(2,5/8) = 84,95 dBA ≈ 85 dBA
Resumen
La mayoría de las reglamentaciones considera jornadas laborales de 8 horas, y la medición se debe normalizar según esta carga horaria, aunque los operarios trabajan más o menos de 8 horas, lo que permite una fácil y directa comparación con los estándares internacionales.
Los diversos reglamentos especifican la exposición sin protección a un determinado nivel máximo de ruido promediado en un día nominal. Además algunas legislaciones todavía siguen utilizando el concepto de dosis de ruido, que si bien va perdiendo adeptos, ayuda a la comprensión del tema.
Para finalizar con nuestro ejemplo diremos que una exposición a 90 dBA durante 2 ½ horas, desde el pun-to de vista de la energía sonora, es equivalente a una exposición a 85 dBA durante las 8 horas de una jornada de trabajo normalizada.
Fuentes:
- Näf Cortés, R. (2013). Guía Práctica para el Análisis y la Gestión del Ruido Industrial. FREMAP. Madrid.
- Sociedad Australiana de Acústica (2009). Ruido: Medición y sus efectos. University of Wollongong.
Dario Gavassa (2020). ¿Integración o equivalencia energética?
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